viernes, julio 22, 2005

TRIPAS EN LA JUSTICIA

22 de julio de 2005



A pesar de tener claro qué es ficción y qué es realidad, todavía me confunden algunos episodios. Hasta donde sé, la buena ficción –cine, literatura, teatro– es la que crea un mundo tal que sea capaz de competir con la realidad, y además, que nos sustraiga con sutileza de ésta. Sin embargo, volteando la torta, no puedo afirmar que la buena realidad es la que nos introduce en un mundo de ficción. La realidad es real y punto. Aunque algunas veces lo que vivimos parezca extraído de algún libro o película, más aún, si se trata de la sempiterna corrupción nacional.

Chuck Palahniuk, escritor made in USA, “Chuky”, para sus amigos, posee el record de haber causado desmayos, vómitos y convulsiones a más de 60 seguidores que lo escucharon leer el cuento “Tripas”. El relato es ficción pura, mas no los efectos que éste ocasionó. En mi caso, lo acabé de leer y no pasó nada. Sin embargo, hace menos de dos semanas casi toda la nación quedó al borde de la nausea, luego de enterarse de la promulgación de la Ley 28568, que entre sus bondades ofrecía un combo 2 x 1, canjeando arresto domiciliario por prisión efectiva a las huestes del fujimontecinismo. Es verdad, aunque Ud. no lo crea. Tal es el caso que el par de angelitos empantanados, Moisés y Alex Wolfenson, gozaban ya de libertad. Si antes no me atreví siquiera a mencionar el tema, fue debido al malestar que me sobrevino luego de ver a Laura Bozzo en el mismo plan, riéndose de la pantomima en que parece haberse convertido la administración de justicia en nuestro país. Regia, la abogada de los pobres, obsequiándole dos lucas a los terokaleros de la Vía Expresa; antes, a la salida del juzgado, estamos contigo Laura, acuérdate de las madres del comedor popular 236554875 de Tangamandapio, mientras un comité de madres desdentadas la aplaudían avivando afiches de Fujimori: algunos rotos, otros entomatados. No son imágenes de una novela: es la realidad. ¡Guácala!

Algo realmente sorprendente: un grupo de peruanazos, hartos de tanta mecida y encabezados por el jefe de los curitas locales, no inclinaron el dorso ante las nauseas sino, se plantaron a pararle el macho a la corrupción y nada menos que frente al Palacio de Justicia. Algo admirable, la juventud está atenta y de pie. El menú de siempre: gas y palos para esparcirlos; la verdad es que ya la habían hecho a lo lindo y mejor era quitarse contento que llorando y no, esto no ha sido ninguna escena de Gangs of New York.

Final feliz. Aunque no me gustan los finales felices, me he puesto de pie para aplaudir éste. El Tribunal Constitucional, con los pantalones bien puestos, declaró ayer la inconstitucionalidad de dicha ley. En buen cristiano: 1), Moisecito y Alexito Wolfenson tendrán que retornar a la cárcel y 2), todo pedido de libertad basado en esa porquería de ley, sea pasado o futuro, es nulo. Me gustaría terminar con un colorín colorado, este cuento ha terminado, pero todos sabemos que no es así, que esta lucha apenas comienza y no nos queda estar más que vigilantes, activos, porque el que soporta, apoya.

1 Comments:

Blogger Magda Díaz Morales said...

"El que soporta apoya", es verdad. Al terminar de leer tu texto pareciera que estás hablando de realizaciones que también se dan aquí, parece ser que Latinoamérica es un solo país. Lo terrible vendr´pa en el 2006, el PRI hará lo imposible por recuperar el poder, y somos un pueblo con escasa memoria. A ver...

sábado, 23 julio, 2005  

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