viernes, noviembre 04, 2005

LA INDIFERENCIA QUE MATA DOS VECES

Esta semana los ojos de la prensa han estado puestos, otra vez, sobre la farándula limeña. Esta vez estuvo de turno una actriz de medio pelo, Malú, que había saltado a la fama meses atrás por ser "ampallada" (encontrada, descubierta) con las manos en la masa, o quizás deba decir con los labios en la masa, pues aquélla vez la televisión mostró un video casero en la que aparecía practicándole un felatio a su pareja de turno, un pelotero de Alianza Lima, en la parte delantera del carrito del deportista. Luego, al entrevistarla al respecto, desmentiría lo ocurrido con una frase que, por supuesto, nadie le creyó: es que se me cayó el arete. Frase que la hizo aún más famosa. Ahora, ha sido descubierta como miembro de una organización que se dedicaba a la comercialización de Extasis en las discotecas de Lima y a nuestra Malú, esta vez la encontraron portando algo más de 60 pastillitas y casi un kilo de marihuana. En fín, nada nuevo.
Lo curioso es que cuando suceden cosas como la descrita arriba, aparentemente importantes para el consumo o el circo del pueblo, los medios se disputan las entrevistas, los titulares entran en una competencia endemoniada, colorida y sensacionalista pero, cuando se trata de mostrar alguna barbaridad cometida a o por alguien no muy conocido, o quizá nulo para el comercio periodístico, nunca lo toman tan en serio como a la farándula. Es más, apenas si se ocupan en publicarlo o mostrarlo. Esta es una de las contradicciones que siempre veremos en la prensa, pues, a pesar de ser considerada "el cuarto poder", no deja de ser un negocio. Toda esto sale a colación debido a un asesinato que casi todos desconocen, pues se trata de la horrible muerte de un poeta y, por si fuera poco, en una provincia serrana. Por eso estoy publicando aquí el texto que me han hecho llegar, porque no sólo las bailarinas, los futbolistas bebedores o los políticos putañeros tienen derecho a llamar nuestra atención. Veamos.
P.E.N Club del Perú

PRONUNCIAMIENTO




El día jueves 20 del presente mes fueron encontrados los restos del poeta y profesor, James Oscco Anamaría, en un basural del puente Pachachaca, en la ciudad de Abancay (capital del departamento de Apurímac, 800 kms. al sur-este de Lima). Había sido brutalmente torturado (presentaba signos de degollamiento, el vaciamiento de un ojo, fracturas en las piernas y hasta las uñas arrancadas).
Según el comunicado enviado por los escritores Feliciano Mejía y Ricardo Vírhuez, al que se han sumado numerosos colegas suyos, el poeta asesinado fue un luchador social. Ojalá no nos equivoquemos pero todo hace suponer que este crimen lleva la firma de una política de tortura y desaparición que se implantó en el Perú entre los años 80 y 2000. Sin embargo, este dato no aparece en algún medio de comunicación, entre los que han consignado el crimen, consignándolo como un delito común.
El Pen Club del Perú exige una exhaustiva investigación de parte del Ministerio del Interior y del Ministerio Público, y exhorta al periodismo, que fue valiente durante aquellos años trágicos que vivió el Perú, a sumarse a nuestra indignación hasta llegar a sancionar a los culpables.

Lima, 25 de octubre de 2005

Tulio Mora G.
Presidente del P.E.N Club del Perú

Alfredo Pita
Representante del Comité de Escritores en Prisión

Eduardo González-Viaña
Oscar Málaga
Representantes del Comité Escritores por la Paz

Fernando Obregón
Miguel Angel Zapata
Representantes del Comité de Comunicaciones

Rosina Valcárcel
Marita Troiano
Representantes del Comité de Escritoras

Odi Gonzáles
Patricia Morey
Representantes del Comité de Derechos Lingüísticos

Isaac Goldemberg
Alejandro Sánchez-Aizcorbe
Representantes del Comité de Escruitores Peruanos en el Extranjero

Mario Suárez Simich
Representante del Comité Editorial
tuliomora2000@yahoo.es o a rvirhuez@gmail.com. Se está recogiendo adhesiones a travès de Internet, para lo cual deben de escribir.
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